jueves, 21 de junio de 2007

LA MAGIA DE LA QUINTILLA Wilson Saliwonczyk


Sé que soy mal quintillero,
la ignoro perfectamente
porque no soy un trovero
mas qué hacer si mi alma siente
que a la quintilla la quiero.

No se muy bien cuales fueron mis primeros encuentros con la quintilla, tal vez de niño con unas del payador Carlos Molina, pero no estoy seguro. Sí estoy seguro que el recuerdo más vivo y la sensación que perdura es la quintilla que conocí con mis hermanos trovadores de Murcia, en Chile y luego en Trovalia, (Palmesano, Marín, Taxista, Baranda y muchos más) y con los de La Alpujarra. Más que explicarles algo en este escrito les haré el relato de un sentimiento al que en realidad no le encuentro explicación.

Todos hemos visto alguna vez un mago y la fascinación que nos produce. No sé si ustedes habrán visto también la explicación de un truco de magia. Es verdad que casi siempre queremos saber la razón de cómo logra el nigromante para hacer desaparecer la moneda de su mano pero también es cierto que la explicación nos desilusiona o al menos le quita el encanto al truco. Es esa sensación de misterio lo que nos embruja de la magia. Y así como la explicación de un chiste no tiene gracia, un pase mágico explicado no tiene magia.

Lo que quiero contarles es que con la quintilla me pasa algo que para mí es aún inexplicable y que en el fondo tal vez sea mejor que siga siéndolo, que conserve su magia.

La forma métrica que más usamos los payadores rioplatenses es la décima. Por este motivo es de suponerse que las décimas son las estrofas que “menos peor” me salen. Es a la que más le conocemos algunos “trucos”, para seguir con la misma metáfora, a la que le conocemos ciertos rinconcitos secretos, recursos y hasta cada propio estilo. Con muchos amigos solemos conversar sobre el hecho de que muchos piensan que la cuarteta es fácil de hacer, fácil de improvisar. En mi opinión no es así en absoluto. Ya desde chico mi maestro Soccodato me hacía notar que había payadores diestros en la cuarteta y que se notaba que estaban entrenados en ella y esto puedo certificarlo porque cuando improviso, por ejemplo, con mis hermanos trovadores colombianos de Antioquia queda muy claro que tienen un manejo de malabarista en la cuarteta y que mis cuartetas son francamente malas, aunque me divierto y disfruto mucho de la hermosa trova paisa.

Con la quintilla me sucede algo fantástico. Les muestro aquí algunas quintillas que están también en el texto de Pepe llamado “24.08.2006 VÍCAR – LAS NORIAS”

Pero al pasar el verano
morirá la mariposa
porque el poema es liviano
y la quintilla se posa
como un pájaro en mi mano.

Esto sucedió también en una tarde mágica, imagínense lo que significa para dos jóvenes payadores argentinos (Ricardo y yo) estar en Andalucía con un maestro del trovo como Candiota improvisando.

Yo me he muerto de una herida
y somos resucitados
en una región perdida,
somos muertos desvelados
en la noche de la vida.

Además había un señor llamado Pepe Criado capaz de escribir todo lo que se iba improvisando. Hagan la prueba si gustan, de escribir al mismo tiempo lo que va improvisando un trovero hablando, sin música.

La copla recién nacida
tiene los ojos abiertos,
muere y nace en la caída
porque somos cuatro muertos
que brindamos por la vida.

Con el maestro Candiota también le dedicamos algún versos a ciertos señores. Cuando Candiota era niño había mucha pobreza en España, muchos niños andaban descalzos, juntando caracoles, hinojo, diente de león, etc. Un amigo me contó que solían hacerse calzado con trozos de neumáticos de coche. Otro amigo trovero contaba “recuerdo cuando nació mi hermano, cenamos un melón, mi madre se comió las cáscaras y aquella noche parió”. Los improvisadores no sentimos precisamente admiración por las guerras, represiones, militares, etc.

En la casa de “Candiota”
la dignidad nunca es falsa,
esa coherencia se nota
pues la dignidad descalza
nunca ha admirado las botas.

Otra suerte es que estos maestros como Candiota, Sevilla, Paco Megías, sean tan ambles con nosotros que nos traten “como a hijos” y sus felicitaciones son un diploma para cualquier joven. Aquí va una que echamos mientras tomábamos “alguito” en el cortijo de Paco Megías.

En el roble el vino crece
y entonces se pone añejo,
es la uva que florece
y bebiendo un vino viejo
el hombre rejuvenece.

Me agrada lo que me sucede con la quintilla, la disfruto muchísimo y, sin que yo sepa por qué, entro en un trance maravilloso en el que los versos fluyen sin ningún tipo de esfuerzos. Pocas veces me siento tan inspirado como cuando comparto la quintilla con mis amigos de Murcia, con Barranquito, con los amigos de la Peña La Añoranza. No importa si son buenas o malas las quintillas que hago. Lo mágico de esto es cómo me siento cuando comienzan a nacer, casi solas. Y es por eso que no quiero buscarle demasiada explicación al tema. Si lo descubro, ¿descifraría un mecanismo para encontrar la inspiración? No creo. Más bien arriesgaría a desactivar ese deslumbramiento que me produce esta maravillosa estrofa, no quiero quitarle la magia, el encanto que tiene la quintilla.

Hay que beber la virtud,
me mojo en su roja tez,
brindo y te digo salud
que el vino es una vejez
repleta de juventud.



TROVOTURÓN

Otro momento increíble para mí se dio en TROVOTURÓN, la noche también era mágica: Un pueblito pequeño cerca de las estrellas, una noche hermosa, amigos trovadores, alegría. Ese fin de semana fue gratísimo, cantamos el viernes en Turón, el sábado en las Islas Canarias y el domingo hicimos con Pepe y Ricardo una entrevista para la Televisión Española en Madrid. TROVOTURÓN el viernes por la noche terminó a las tres, ya era madrugada del sábado. A las cinco salíamos hacía Almería a tomar el avión Almería-Barcelona-Tenerife a donde cantábamos ese mismo día a las siete de la tarde. Esas dos horas después del festival se pasaron volando haciendo quintillas con Moisés Linares, joven amigo que espero muy pronto se incorpore a estas peregrinaciones poéticas para tener un trovador alpujarreño más. Esas quintillas se perdieron todas para siempre, no recuerdo ni una, pero la sensación que me quedó de esa noche de quintillas es imborrable.

Otra noche de trance lírico fue al finalizar JUGLARES 2007 en Vícar. Nuestros amables amigos de la Trovera La Añoranza nos invitaron a compartir una rueda de presules (una especie de legumbres que yo jamás había comido crudas) jamón, vino y trovo. También estaba mi hermano Paulo de Freitas Mendoza, Pepe, Mariana Carrizo y Abel Zabala con su esposa, a quienes les agradezco que hayan desgrabado estas quitillas que hicimos con nuestro amigo José Barranco y me las enviaran.


WILSON – BARRANCO. 27/04/07

BARRANCO En eso tiene razón,
de bondad yo tengo un banco
lo cual que me da ilusión
porque hoy Wilson y Barranco
se cambian el corazón.

WILSON Se cambian el corazón
y qué tiene la quintilla
que hay tanta inspiración
dentro de esa maravilla
encendida de pasión.

BARRANCO Que se encienda me fascina
en ésta y en otra parte
cuando el trovo se domina
yo vengo a encender el arte
de España y de la Argentina.

WILSON Enciende los continentes,
puéblalos todos de fuego
para que arda la gente
porque el poeta es un ciego
que ve más que los videntes.

BARRANCO Que no está ciego el poeta
cada vez que nace el día
porque yo con etiqueta
a través de la poesía
vengo a encender el planeta.

WILSON Yo que he venido de paso
para cantar con Barranco
he recibido un abrazo
lo mismo que un bastón blanco
para el ciego de tu brazo.

BARRANCO El ciego está por testigo
porque tú tienes embrujo
y bajo el verso que digo
te traigo un traje de lujo
hoy para trovar contigo.

WILSON Hay poetas que están muertos
por más que vivos estén
y hay corazones desiertos
como hay ciegos que no ven
aún con los ojos abiertos.

BARRANCO Qué buen tema has empezado
entre hombres y mujeres,
este tema es de mi agrado
que me parece que eres
Lorca resucitado

WILSON ¡Qué amable exageración!
Yo apenas soy los despojos
de una pobre inspiración
pero me arranco los ojos
y mira mi corazón.

BARRANCO Wilson, cuando te vi
fuiste del trovo mi anhelo
por eso te juro aquí
que no sé si toco el cielo
o el cielo me toca a mí.

WILSON Yo soy la humilde payada,
no soy un poeta rico;
no soy todo, yo soy nada,
no soy el gran Federico
que mataron en Granada.

BARRANCO Ni te achicas ni me achico
cuando el verso va pasando
pero en verso te lo explico,
pienso que estoy trovando
hoy con el gran Federico.

WILSON Yo quise amar el sentido
tan amplio de la espinela
y a la quintilla he caído
creyendo que era mozuela
pero tenía marido.

BARRANCO Bien sabe Dios que no yerro
al sentirte en mi nación,
eres más duro que el hierro
y eres la reencarnación
del libro de Martín Fierro.

WILSON Combatiendo los gigantes,
que, en verdad, eran molinos,
caminan tus consonantes
por mis campos argentinos
como si fueras Cervantes.

BARRANCO Que esa verdad salga a flote
en la Peña La Añoranza
y que el buen trovo se note
que me siento un Sancho Panza
que aquí acompaña a Quijote.

WILSON Este encuentro tan hermoso
que nos florece en la voz
puede poblarse de gozo
porque hoy tenemos dos
Dulcineas del Toboso.

Referido a Alicia Holgado y Mariana Carrizo que estaban en la reunión.

BARRANCO Estás trovando correcto,
tú me transmites ideas,
este idioma no es dialecto,
tenemos dos Dulcineas
que están adornando esto.

WILSON La Mancha fue su querencia
y yo también he partido
desde mi patria de ausencia
con mi corazón herido
por la punta de la ausencia.

BARRANCO Que viva el verso y el cante
y por donde tú has salido,
que brilla como un diamante,
para que vayas subido
me presto de Rocinante.

A Paulo se le vuelca su copa de vino.

WILSON Ha querido derramar
un hermano brasilero
el vino que iba a tomar
de cuyo nombre no quiero
yo ahora recordar.

BARRANCO En campos de Andalucía
quiero seguir su camino
y a través de la poesía
sigue derramando vino
que en España es alegría.

WILSON Allá también celebramos
esta alegría a lo ancho
por eso, mientras trovamos,
si escuchas que ladran Sancho
es señal que cabalgamos.

BARRANCO A Freitas soy quien lo entera
en España mi destino
porque de alguna manera
sigue derramando vino
que hay una garrafa entera.

WILSON Sigue derramando vino,
derrama que yo lo pago,
enfrenta cualquier molino
que luego tomaré un trago
en el yelmo de Mambrino.

BARRANCO Hay una verdad que llamo
como tú, sabio, adivino,
que a grandes gritos aclamo
que Freitas derrame vino
que yo los versos derramo.

WILSON Del territorio argentino
de gauchos y de corcovos
este poeta se vino,
para encenderse en tus trovos
lo emborrachas con el vino.

BARRANCO Son coplas buenas, no malas,
cuando llegan en esta hora
pues refrescamos las galas,
somos ametralladoras
lanzando versos por balas.


WILSON Mi hermano, el trovo cortado
seguro lo entenderás.
BARRANCO Esta noche lo verás
ya que me lo has preguntado.
WILSON De esta forma se ha cerrado
y un nuevo trovo comienzo;
BARRANCO yo no me quedo en suspenso
si la vista no me engaña
WILSON entre Argentina y España
nuestro cariño es inmenso.

Mi hermano José Martínez Sánchez, a quien en el ambiente del trovo le llaman “El Taxista” y en el ambiente de los taxistas le llaman “El Trovero”, me enseñó en las mágicas noches de TROVALIA las cinco bases para hacer una quitilla:

1.- No puede tener ningún verso libre.
2.- No pueden rimar entre sí los versos cuarto y quinto.
3.- No puede haber tres consonantes consecutivos.
4.- Octosílaba.
5.- Consonante perfecto.

Todas las tradiciones orales tienen sus características singulares, a mí me encantan esas diferencias de las cuales podemos aprender. Cada tradición es hermosa con su rasgo distintivo y para conocerla hay que apreciar esas características. Nuestros hermanos de Murcia cultivan la forma perfecta de la métrica y la rima. Tanto en la quintilla como en la décima cuidan mucho los detalles de no hacer un verso largo o corto o de meter una asonancia, incluso por diferencias de pronunciación; nosotros rimamos por ejemplo: mesa con pereza, dios con voz, piso con hechizo, etc, lo cual para ellos no está permitido.

En amistosos días de trovo y bromas suelo jugar cariñosamente a decirles que han diseñado el código penal de la quintilla, ¡el que mete una silaba de más o menos a la silla eléctrica! Un asonante, ¡paredón! Ja ja ja!

Bueno esta es un poco mi reflexión respetuosa sobre una forma que quiero mucho aunque no sea de mi tradición, porque


Sé que soy mal quintillero,
la ignoro perfectamente
porque no soy un trovero
mas qué hacer si mi alma siente
que a la quintilla la quiero.

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